Guerra total entre Musk y Trump: el presidente amenaza con rescindir los contratos del empresario y éste le acusa de estar "en los archivos de Epstein"

Guerra total e irreversible. La luna de miel entre Donald Trump y Elon Musk ha terminado y en cuestión de horas se ha convertido en un intercambio furioso, violento, de reproches, insultos y amenazas. Un combate inédito que ha hundido la cotización de las empresas del empresario y que está sacando los trapos más sucios imaginables. "La razón de que el Gobierno no haya publicado los archivos de Epstein", ha dicho el dueño de X sobre una de las grandes obsesiones del mundo MAGA y los conspiranoicos, "es porque Trump sale en ellos", ha escrito presumiendo de que iba a lanzar "la gran bomba".
La extraña relación entre el hombre más rico del mundo y el presidente más poderoso del planeta tenía todos los ingredientes para no funcionar: dos egos enormes, dos personas con una capacidad única de generar atención global, con agendas increíblemente ambiciosas y personalidades extremas, celosas y competitivas. Que algo así iba a ocurrir no era ningún secreto, pero sorprendentemente aguantaron trabajando juntos casi un año, tanto en campaña como en el Gobierno.
Los elogios y las palmadas en la espalda son cosa del pasado. Musk ha lanzado una cruzada a la gran apuesta fiscal del presidente: su nueva ley presupuestaria, diseñada para mantener las rebajas de impuestos iniciadas en 2017. Y tras dos díad callado aguantando, Trump ha decidido poner fin a la tregua: "se ha vuelto loco", ha dicho este jueves amenazando con rescindir sus contratos con el Gobierno federal si está tan "preocupado por el presupuesto", lo que ha hundido la cotización de las acciones de Tesla un 14% en el mercado.
Ya no hay marcha atrás. "Elon estaba amortizado, le pedí que se fuera, le quité su Mandato de Vehículos Eléctricos que obligaba a todos a comprar autos eléctricos que nadie más quería (¡eso que él sabía desde hacía meses que iba a hacer!), ¡y simplemente se volvió LOCO!", ha escrito el presidente en su red social cogiendo el aguante arrojado por su ex socio y amigo. "La manera más fácil de ahorrar miles de millones de dólares en nuestro presupuesto es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon. ¡Siempre me sorprendió que Biden no lo hiciera!", ha añadido como aviso.
Los ataques y respuestas, en tiempo real, estás siendo violentos, una escalada vertiginosa. Musk está desatado, publicando todo tipo de mensajes y reproches. "Sin mí, Trump habría perdido las elecciones, los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los republicanos tendrían 51-49 en el Senado", ha reivindicado. "Cuánta ingratitud", le ha reprochado. Poco después, ha acusado a Trump y su equipo de bloquear la publicación prometida de los documentos supuestamente secretos que el gobierno federal tendría con las listas de hombres poderosos en la órbita del financiero Jeffrey Epstein y su trama de prostitución y abuso de menores.
La escalada es total, sin frenos ni controles. El empresario, que va buscando todos los ángulos posibles para hacer daño, dice que los aranceles de la Casa Blanca van a provocar una recesión en EEUU este año. E incluso que el Congreso debería hacerle un impeachment a Trump, un juicio político para su destitución, para que le suceda JD Vance.
Lo que todo el mundo anticipaba y los protagonistas y la administración negaron durante meses. Ambos hicieron juntos incluso una entrevista en televisión, la primera de la historia entre un presidente y un colaborador mano a mano. La pregunta no era si el choque llegaría, sino cuándo. Y cuáles serán las consecuencias. Hay muchos secretos y temas sensibles, y Musk ha dejado muchos enemigos y rivales en Washington.Steve Bannon, asesor del presidente en la primera legislatura y líder de la alt-right y figura del universo MAGA ha dicho hoy que no solo hay que cancelar los contratos de Musk con el Gobierno, sino revisar sus papeles, porque "está seguro de que es un inmigrante ilegal".
La campaña de Musk: "Kill the Bill" y presión en redesTrump llevaba días conteniéndose, sin responder directamente a las provocaciones crecientes de Musk. El empresario sudafricano no solo ha calificado la ley fiscal de "abominación repugnante" y ha advertido que llevará a las próximas generaciones a la "esclavitud", sino que lidera una campaña política junto al senador republicano Rand Paul para tumbar el proyecto en el Congreso. "Kill the Bill", escribe con placer en su red social, usando la imagen de la película de Tarantino mientras llama a los ciudadanos a presionar a sus congresistas para frenar la bautizada como Big Beautiful Bill, la "hermosa ley" de la Casa Blanca.
Hasta ahora, Trump había dejado que sus portavoces restaran importancia al tema. Pero este jueves el presidente ha alzado la voz. "Elon y yo teníamos una relación excelente. No sé si la seguiremos teniendo. Estoy decepcionado" ha añadido este jueves el presidente, en un acto desde el Despacho Oval junto al canciller alemán. Luego, ya a solas, ha arremetido en las redes aceptando lo que antes negaba, que considera a Musk un pasivo más que un activo, un problema político de primer nivel, útil en la campaña, un lastre ahora por su impopularidad.
Poco antes de su reunión con el canciller Mertz, Musk rescató unos tuits que Trump publicó hace más de una década criticando a los gobiernos republicanos por subir el techo de gasto. "Ningún miembro del Congreso debería ser elegible para la reelección si el presupuesto de nuestro país no está equilibrado... ¡No se permiten déficits!", escribió Trump en 2012. "No puedo estar más de acuerdo", respondió Musk hoy, enlazando el mensaje para sus millones de seguidores. Y colmó el vaso.
"Siempre me ha gustado Elon, y me sorprende mucho ver lo que ha dicho sobre mi ley y que no haya dicho nada de mí. Eso es malo. Prefiero que me critique a mí que al proyecto de ley, porque es increíble. Es el mayor recorte fiscal en la historia de nuestro país. Elon está molesto porque hemos recortado las ayudas para el coche eléctrico, que suponían mucho dinero y ahora están teniendo dificultades para conseguirlo. Quería que pagáramos miles de millones de dólares en subsidios. Elon lo sabía desde el principio, pero sé que eso lo perturbó.", ha dicho el presidente.
Y no sería el único motivo de su enfado. "Elon recomendó a alguien que, supongo, conocía muy bien. Estoy seguro de que lo respetaba, para dirigir la NASA. Y no me pareció apropiado, porque resultó ser demócrata, totalmente demócrata. Le dije que nosotros ganamos las elecciones y tenemos ciertos privilegios. Y uno de ellos es nombrar a alguien afín en la NASA. Él quería a esa persona, dijimos que no, y puedo entender por qué está molesto" ha añadido.
El desencanto de Trump: "Estoy muy decepcionado con Elon"Mientras respondía preguntas sobre otros temas, Trump ha vuelto en varias ocasiones a hablar de Musk, señal de que el asunto le ronda insistentemente la cabeza. "Él quiere ser quien es. Elon y yo teníamos una relación estupenda, no sé si seguiremos teniéndola. Me sorprende, porque tuvimos una despedida maravillosa. Dijo cosas maravillosas de mí" ha lamentado, diciendo que lo mismo que le ha pasado a su asesor especial, le ha pasado también a otros empleados, sobre todo en su primer mandato hasta 2020.
"Pero estoy muy decepcionado, porque Elon conocía el funcionamiento interno de este proyecto de ley mejor que casi cualquier persona aquí sentada, mejor que ustedes. Él lo sabía todo al respecto. No tenía ningún problema y de repente, tiene un problema que se agravó cuando descubrió que vamos a tener que recortar el mandato de vehículos eléctricos, porque eso supone miles de millones de dólares, y realmente es injusto. Y cuando eso se recortó, y el Congreso quiso recortarlo, se volvió un poco diferente. Y puedo entenderlo, pero él sabía todo", ha recalcado. "Pero estoy muy decepcionado de Elon. Lo he ayudado mucho".
Casi en tiempo real, Musk ha respondido diciendo que el presidente mentía. "¡Falso! Este proyecto de ley nunca me fue mostrado ni una sola vez y fue aprobado en plena noche tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo", ha espetado mientras difundía más mensajes antiguos del presidente, cuando no estaba en política, diciendo: "¿Dónde estará ese hombre hoy?".
Trump ha especulado con que Musk sufre lo que en Estados Unidos se conoce como el "Trump derangement síndrome", una obsesión. "Elon no es el primero en dejar mi administración. Nos aprecian, pero cuando se van empiezan a echarlo mucho de menos. Algunos lo aceptan, y otros se vuelven hostiles. No sé qué es. Es una especie de síndrome de trastorno de Trump, supongo que lo llaman. Se van, y al despertar por la mañana, el glamour se ha esfumado. El mundo entero es diferente, y se vuelven hostiles. No sé qué es. Algún día se escribirá un libro sobre esto".
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